La cantante y compositora panameña Bethel Vargas inicia una nueva etapa en su carrera, consolidándose como una de las voces emergentes más prometedoras de la música en Panamá, con el lanzamiento de su nuevo sencillo «Maldito Señorito».
Este tema, lleno de energía y actitud, promete resonar gracias a su letra cargada de ironía y empoderamiento. «Maldito Señorito» es una explosión de emociones que refleja una historia de desamor con un toque de rebeldía.
Es el primero de cinco sencillos en los que Bethel combina influencias pop y otros ritmos para crear un sonido fresco que resalte su autenticidad como artista y su capacidad para contar historias de forma honesta y directa. La canción y video ya está disponible en todas las plataformas digitales.
«Maldito Señorito» es una canción sobre el despecho y superación al mismo tiempo. Cuenta una historia de engaño muy controversial y me permite mostrar una nueva faceta, con sonidos más frescos», comenta Bethel sobre la inspiración y motivación detrás del tema.
El lanzamiento de «Maldito Señorito» marca un hito importante en la carrera de Bethel, quien ha venido ganando seguidores.
«Les aseguro que podrán esperan una nueva Bethel de la que se sentirán orgullosos.»
A wonderful serenity has taken possession of my entire soul, like these sweet mornings of spring which I enjoy with my whole heart. I am alone, and feel the charm of existence in this spot, which was created for the bliss of souls like mine. I am so happy.
Anónimo
I feel that I never was a greater artist than now. When, while the lovely valley teems with vapour around me, and the meridian sun strikes the upper surface of the impenetrable foliage of my trees, and but a few stray gleams steal into the inner sanctuary.
A wonderful serenity has taken possession of my entire soul, like these sweet mornings of spring which I enjoy with my whole heart. I am alone, and feel the charm of existence in this spot, which was created for the bliss of souls like mine. I am so happy.
I feel that I never was a greater artist than now. When, while the lovely valley teems with vapour around me, and the meridian sun strikes the upper surface of the impenetrable foliage of my trees, and but a few stray gleams steal into the inner sanctuary.